
Leonardo da Vinci pintó éste cuadro entre 1513 y 1516 cuando el Alto Renacimiento se convirtió en Manierismo. Se cree que es su último cuadro. Se trata de una pintura al óleo sobre madera de nogal. El tamaño original de la obra fue de 69×57 cm. Ahora se exhibe en el Museo del Louvre en París, Francia.
La obra es citada a menudo por pintores posteriores, especialmente en las escuelas de finales del Renacimiento y el manierismo. La inclusión de un gesto similar al de San Juan aumentaría la importancia de trabajar con la imaginación religiosa.
Muchas personas critican este trabajo y encuentran que es un retrato perturbador de un personaje que suele ser retratado como demacrado y fogoso, que vive en un desierto y sobrevive con una dieta de langostas y miel. En la pintura de Leonardo, Juan parece casi un hermafrodita.
Tiene un brazo femenino inclinado sobre su pecho, su dedo levantado hacia el cielo, y la misma sonrisa enigmática tan admirada en el rostro de Mona Lisa, una sonrisa que se ve en otras pinturas de Leonardo como la de Santa Ana. Su rostro es casi fauno y enmarcado por una magnífica cascada de rizos.
¿Por qué el apóstol Juan aparece con el dedo hacia arriba?
Leonardo era consciente de los peligros de este sistema. Anteriormente había advertido de él en sus notas que una figura sobre un fondo oscuro no sería reconocida y no parecería estar separada de ella. Desde la distancia solo se pueden ver las partes iluminadas. A la sombra del cuerpo de San Juan Sin embargo, Juan el Bautista retuvo la luz suficiente para que pudiéramos comprender plenamente su forma de él. Como en la luna, las áreas oscuras de su figura también retienen un ligero brillo de radiación reflejada.
Esta es la última obra importante conocida en manos de Leonardo. La inquietante belleza de la figura se basa en la ambigüedad de su identidad sexual. El rostro resplandeciente parece ser una emanación de oscuridad que lo envuelve por completo.