
El pequeño dibujo a tiza, que anteriormente se consideraba una obra de arte de origen alemán del siglo XIX, fue atribuido a Leonardo da Vinci en 2008 por Alessandro Vezzosi, director del Museo Ideale en Vinci, y a finales de 2009 por el investigador Leonardo. Martin Kemp, profesor emérito de historia, reafirmó la estafa por el arte en la Universidad de Oxford. El profesor Kemp le cambió el nombre a La Bella Principessa porque cree que la joven del retrato puede ser Bianca Sforza, la hija de Ludovico Sforza, II Moro, y su amante Bernardina de Corradis. Se descubrió que el dibujo tenía la huella de la yema de un dedo y la palma de la mano que coincide con una huella dactilar de Leonardo da Vinci encontrada en la pintura inacabada de San Jerónimo.